CARTA AL TEMPLO DE
ALDEN
La luz astral es la base de todas las enfermedades y la fuente de toda vida.
Toda enfermedad, toda
epidemia tiene sus larvas astrales, que, al coagularse en el organismo humano,
producen la enfermedad.
En el Templo de
Alden, los Maestros sientan a sus enfermos en un sillón, bajo luz amarilla,
azul y roja. Estos tres colores primarios sirven para hacer visibles en el
cuerpo astral las larvas de la enfermedad.
Después de que los
Maestros extraen estas larvas del cuerpo astral del paciente, tratan este
organismo con innumerables medicamentos.
Sano ya el cuerpo
astral, el cuerpo físico sanará matemáticamente, porque antes de que enfermasen
los átomos físicos de un órgano, enferman los átomos “internos” del mismo
órgano.
Curada la causa,
cúrase el efecto.
Toda persona enferma
puede escribir una carta al Templo de Alden, y recibirá ayuda de los médicos
Gnósticos.
La carta debe ser escrita por el interesado, y quemarse luego por él mismo, después de haberse perfumado con incienso, en el propio acto.
La carta astral o
alma de la carta quemada, irá al templo de Alden.
Los Maestros de la
sabiduría leerán la carta y asistirán al enfermo.
Debemos tener
nuestras casas aseadas, tanto en lo físico como en lo astral.
Los depósitos de
basura están siempre llenos de larvas infecciosas. Hay sustancias odoríferas
que queman las larvas o las arrojan fuera de la casa.
EL FRAILEJÓN es una
planta que utilizan los indios Arhuacos para desinfectar sus casas.
Se puede también
hacer la desinfección con belladona, alcanfor y azafrán.
OPERACIONES
QUIRÚRGICAS EN EL TEMPLO DE ALDEN
No son raras en El
Templo de Alden las operaciones quirúrgicas.
samael aun weor.
Tratado de Medicina Oculta.
CURACIÓN A DISTANCIA
Constantemente me
vienen cartas de distintos lugares del mundo, solicitando tales curaciones.
Nosotros nos
limitamos a la medicina espiritual; indicamos la hora precisa en que podeis
concentraros, es decir pensar en nosotros, invocarnos.
Es claro que nosotros
asistimos espiritualmente a los enfermos y algunas veces hasta nos hacemos
visibles delante de ellos.
Por lo común, los
instruimos en el sentido de que enciendan tres fuegos a determinada hora
conveniente; les aconsejamos poner un vaso de agua ante estos tres fuegos o
lumbres; les insistimos que, después de una media hora de concentración en
nosotros, beban el agua.
Es evidente que en
esa agua depositamos ciertas sustancias que, al ser llevadas al interior del
organismo, suelen realizar curaciones maravillosas.
En el trabajo de
curación cooperan varios maestros tales como Paracelso, Hilarion, San Rafael y
algunos otros.
No siempre les
indicamos concentración específica en Samael.
«Yo tengo mucho
trabajo»; también les señalamos a cualquiera de los otros Maestros con el mismo
propósito.
Lo importante es que
los enfermos tengan fe porque ésta hace milagros; ya como lo dijo el Cristo:
«Tened fe como un grano de mostaza y moveréis montañas».
La fe es un poder
solar maravilloso con el cual se pueden realizar muchos prodigios.
Nuestro sistema de
curación espiritual no riñe con los doctores; cada cual puede tener fe en
nuestros métodos y consultar en el mundo a su médico.
samael aun weor. Del
libro Más allá de la Muerte
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